“Todos parecían abrumados y derrengados, incapaces de concebir una idea o de tomar una resolución…”
Bola de sebo Guy de Maupassant
Es de no creer.
En la manzana enfundada para adentro de San La Muerte en barrio Mitre que colinda sobre calle Alvear con la de la plaza de Madereros hubo en los últimos 25 días dos homicidios y una tentativa de homicidio con un baleado grave que continúa convaleciente.
El 16 de Junio tirotearon sobre la calle sur al Teté Gutierrez (35) en una especie de ejecución por venganza del convicto Juanilo Villaján detenido hace unos días.
El 21 sobre la Martín Fierro, es decir el límite norte, mataban al Chapaco Valdez (51) frente al almacén que hace esquina con la Bustamante también a pistola sin que hasta ahora se ubicaran tres sospechosos identificados.
Anoche a media cuadra entrando al pasaje Sargento Cabral se registraba otra muerte violenta siendo la victima esta vez un chico de 17 años Martín Enrique Sanchez apodado según algunos “Pipireta” o “Pipereta”. Llevado por amigos ingresó al hospital a las 5.30 muriendo diez minutos después por un cuchillazo anotado en la región clavicular derecha.
Venía de una fiesta o reunión en lo del “doctor” un abogado al que el alcoholismo relegó de la profesión acusado por sus vecinos de promover los vicios juveniles haciendo su casa un caedero de adictos. Lo llaman “Doctor” o “El Loco”.
Autor de la estocada fatal era el Bambam o Porrero HDP (según su Face) Juan Barrios (20) que se entregó al mediodía. Había testigos para hacer dulce no tenía donde esconderse. Una de sus publicaciones dice “el diablo y la muerte siguen mis pasos”.
Dos chicas ya se habían agarrado antes del asesinato sumidos todos los participantes en un ambiente de intoxicados. La discusión entre los changos parece haber venido de una vaquita que hicieron para comprar más beberaje que el mandadero se gastó. Pudo ser cualquier cosa.
El sector sufre la pandemia de la droga. Eso lo torna, las pruebas al canto, extremadamente peligroso.
