“Tomaba y se daba tanto que en los últimos tiempos se le trababa la lengua y de vida íntima ni hablar, un desastre…”
Sueños de perro   Kike Ferrari
La pregunta ¿hasta dónde van a llegar? encierra una dosis extrema de incertidumbre. Se usa para los fenómenos sociales o las catástrofes ¿hasta dónde van a llegar los malechores con sus delitos o las aguas en una inundación?. Es lugar común del periodismo a manera de queja. En Orán suele personalizarse en la cantidad de adictos y vagos que adornan ese no sé qué de las esquinas.

El peligro de estos chicos que a la edad de largarse a vivir se largan a morir le cabe como un saco de sastre al Iván Alberto RAMBITO O KOLINO Mendez juzgado a partir de hoy por homicidio, lesiones graves y evasión.

Supone que tiene 20 años porque no sabe su fecha de nacimiento ni el número de su documento ni leer ni escribir porque jamás pisó una escuela ni a cuanto lo condenaron en una causa anterior de lesiones graves, solo que consumía pasta base, que una abuela lo había criado y que alguna vez trabajó con un tío de ayudante de albañil.

Su habitualidad, dejando a un lado la cárcel, era andar buscando droga con un cuchillo en la cintura dispuesto a hacerle pagar a otros su propia historia desgraciada. Una de las victimas fue su noviecita piperita perdida que mandó incontadas veces al hospital con tajos de cuchillo y hematomas de golpes.

Esa que nunca quiso denunciarlo siempre escapando una vez que le suturaban las heridas para volver al calvario de una relación enferma con un enfermo cuyo corolario fue que matara de un cuchillazo en el corazón a un chango que tuvo la amabilidad de ayudarla al verla pechando la moto. Era el Toni Quiroz de Pichanal de 18 años.

¿Cuántos vagos intoxicados y violentos andan por las calles con un filo dispuestos a todo por unos Pacos?. ¿Cuántos Rambitos?. ¿Hasta dónde van a llegar?.