“Decir que nos dejó con la boca abierta y desagradablemente asombrados es usar los términos veraces y acordes a nuestro estado de ánimo…”
Una bala para Riquelme Facundo Marull
Supera nuestra imaginación y, por mucho, nuestro conocimiento, las razones por las cuales un boliviano necesite volver a su país oculto en el baúl de un remis. Es decir eludiendo los controles migratorios. Teniendo los gomones donde nadie pide documentos. Lo primero que se nos ocurre es que tengan causas pendientes con la Justicia, la segunda que no tengan documentos y la tercera es que sean movidos por alguna organización de Trata de personas.
El 8 de Noviembre un procedimiento de la gente del Escuadrón 20, sección Aguas Blancas, con la Dirección nacional de Migraciones entre el tinglado y el puente detectó en los baúles de tres taxistas que hacen de común el recorrido a tres personas, dos hombres y una mujer, esta última con una menor de edad. Los choferes fueron detenidos acusados de facilitar el tráfico ilegal de personas entre la argentina y el estado plurinacional de Bolivia. Eso significa una infracción al orden migratorio que figura en los articulos 116 y 119 de la Ley 25.871 con penas que pueden llegar a ocho años de cárcel. “El que realizare, promoviere o facilitare … el cruce ilegal de personas por los límites fronterizos nacionales con el fin de obtener directa o indirectamente un beneficio”. La figura se agrava por violencia, intimidación o engaño, o abusando de la necesidad o inexperiencia de la victima. Es eso que vemos en la películas de inmigrantes mejicanos o centroamericanos a Estados Unidos, no de mejicanos que retornan a Méjico ni de yanquis que vuelven a su país.
Los remiseros no son tratantes, les deben pagar bien por el pase y según sus declaraciones indagatorias aceptan haber cometido un “error” a sabiendas, el uno porque le debía plata al que portaba en el baúl, y el otro porque no le pudo decir que no a la chica y la nena que se escondieron en la cajuela antes de llegar al puente. Es extraordinario que tres remises llevaran gente en sus baúles. ¿Será que siempre llevan bolivianos de esa manera y es la primera vez que hacen un control?. ¿Será que justo ese día a todos se les dió por cargar humanos vivos?. La otra de las películas es que atrás de sus vehículos los asesinos seriales llevan los cadáveres de sus victimas para tirarlos al río. No es el caso, Es más, se cuenta que lo que desbarató el insólito cargamento es que uno de los guillados traseros sacó la cabeza preguntando si ya habían pasado y se encontró cara a cara con un gendarme.
En la Causa federal 33867/2018 permanecen detenidos Julio Cesar Calani Quispe (36) boliviano residente en Aguas Blancas, conductor de un chevrolet, que se abstuvo de declarar, Moises Javier Choque (24) también de Aguas Blancas, que trasladaba a la mujer con la menor en una Cangoo y dijo que las iba a dejar en el puente no en Bolivia y Nestor Cesar Arjona (60) de Orán, que llevaba a un bagayero del vecino país sin documentos.
Una explicación no siniestra podría ser que la gente transportada se encajonara en los autos por estar el río crecido y no querer pagar la multa de 300 bolivianos que se les cobra a los que no tienen salida registrada. La Defensa de uno de los imputados ha pedido que los llamen a declarar para que se descarte lo de Tratantes de blancas. Pasa de todo en la frontera.