“…Yo deseaba oírle algo blando, remordido. Respondió con su voz desnuda:
-No. Todo lo que sucede está bien. ¿Para qué hurgar en nuestros actos?…”
La muerte de Pedro Canales Manuel Mejía Vallejo
Tiene una cara de nene que, decís, no puede matar una mosca. El 10 de Noviembre del 2018, sin embargo, le metió una pistola en la panza a una adolescente en Pichanal, por la Güemes, cerca de la estación, para robarle el celular.
Era el “Porteñito” Diego Matías Morales de 19 años que había salido de la cárcel esos días por la agresión a una prostituta en Embarcación y que todos en el pueblo conocían sus andanzas de drogadicto incluida la Policía que en tres horas recuperó el teléfono de su pieza y halló escondida una pistola 22.
El chango en los informes era un consumidor de “sustancias” con un pésimo concepto vecinal, malas juntas, y la recomendación que reciba tratamiento en Tinkus para sus vicios. En Tartagal el 26 de Julio lo condenaron a seis meses de prisión en suspenso culpable de lesiones leves contra la prostituta de la Estación de servicio al norte de Embarcación que declaró ser en realidad una adicta que iba a comprar droga.
Con ese antecedente la fiscal Mariana Torres pidió siete años de prisión y costas.
El defensor Gil Neuer venía ganador.
Media hora antes había sacado absueltos a cuatro changos de Caballito acusados de un robo a machetazos en el cementerio, presos desde el día de las almas del año pasado.
Dijo que el arma de Morales, de acuerdo al peritaje de criminalistica, tenía algún problema técnico por lo que debía considerarse no apta para el disparo. El Juez Raúl Lopez estuvo de acuerdo y le dio cuatro años efectivos que cumplirá en la Unidad carcelaria 3. No te fíes de una cara.