“Empresas de seguridad que piden un seguimiento electrónico para la esposa infiel del cliente. Directores de recursos humanos que contratan la persecución silenciosa de cierto empleado deshonesto. Accionistas que encargan seguimientos informáticos de sus gerentes más leales. Políticos, sindicalistas, periodistas. Todos contra todos, en busca de sus secretos…”
El Puñal         Jorge Fernandez Diaz

Sentenciar el fin de algo es muy arriesgado.
No obstante, las épocas se describen por presencias y ausencias, relacionadas con cosas que antes fueron y hoy no, o viceversa, o con cambios en los puntos de vista de asuntos que estuvieron y estarán siempre. Alejandro Magno significó el fin de los Persas y ahí andan cada vez más y más fuertes los Iraníes que son sus descendientes. La segunda guerra mundial fue el fin del Nazismo y siguen los neonazis por toda europa. La caída del muro de Berlín terminó para siempre con el comunismo y además de Cuba y Corea hay marxistas hasta en Orán. Todos los gobiernos del mundo al asumir declaran el fin de la corrupción, de la inflación, de la deuda y mejor no hablemos.
Con todo si algún rasgo caracteriza a estos tiempos de vivir que los postmodernos definen como el del derrumbe de los grandes relatos, es que se acabó la intimidad. La privacidad. Todo es público. Uno se expone en las redes, se saca una selfie en el inodoro y por la ventanita del baño te filma un Medio o un vecino para escracharte como asesino de perros o violador serial de ancianas, y la televisión manda 24 horas de puteríos que develan no la existencia o inexistencia de Dios sino si te hiciste o no te hiciste una manuela ayer a la noche con la rubia de culo gordo que comenta partidos de fútbol.
Tus secretos son miel para las multitudes y todos se espían con mecanismos tecnológicos sofisticados que dicen dónde estas para sacar a la luz tus miserias más profundas o que prueban el reverendo boludo que se esconde detrás de ese que se hace el inteligente o vociferan que tus flatulencias nocturnas impiden respirar y llenan los ambientes de moscas. Tus secretos son espectáculo de masas. “Pasen y vean, monstruos heridos de dos cabezas, ponga aquí su intimidad, hable aquí de su dolor, venda su fugacidad…” dice el cantante español Pedro Guerra en un fragmento de “El circo de la realidad” como el que encabeza nuestra página.
El Estado, parece un contrasentido, protege tus ámbitos propios, la esfera de las acciones privadas, incluso contra la intromisión del propio Estado. La constitución garantiza la inviolabilidad de la correspondencia epistolar, es decir nadie puede abrirte las cartas y por extensión nadie puede escucharte lo que hablás por tu celular si no es mediante orden de un Juez que debe justificar muy bien las razones por las que permite violen tu fuero personal. Si no, te intervendrían el teléfono, ponele, para cagarse de risa lo baboso que sos con tu amante o que te peleaste con el heladero, o, peor, para extorsionarte que andás con tu cuñada.

Todo esta perorata tiene que ver con la decisión del Juez federal de Catamarca Miguel Angel Contreras que liberó de culpa y cargo con SOBRESEIMIENTO TOTAL Y DEFINITIVO a los integrantes de una banda procesada por vender cocaína que compraba en Orán y mandaba por encomienda declarando nulo el proceso iniciado por gendarmería en el 2015, que tenía pericias, filmaciones, fotitos, secuestro de estupefacientes, un edificio de pruebas que no soportó la falta de motivación de unas prorrogas de escuchas telefónicas que se hicieron de oficio. Se violó una garantía constitucional. Chau, no me hablen más. Que se vayan todos. El dictamen es del 12 de Septiembre.

En la Causa 3345/2016/5 acusados de tenencia de estupefacientes con fines de comercialización agravado por el número de personas organizadas para cometerlo estaba con prisión domiciliaria Daniela Magalí Montenegro (40) una comerciante catamarqueña allanada el 9 de Agosto del 2017 a la que le encontraron cocaína a rolete fraccionada para vender al menudeo y los restos de una encomienda de Encoservicios con el papel de aluminio empolvadito. Su marido Mario Ariel Retamozo (37) saltó la tapia y quedó prófugo. También estaban prófugos los que de acuerdo a las escuchas telefónicas les vendían la merca, eran el salteño Hugo Héctor Villagra y el Boliviano Oranense Oscar Choque Quispe, filmados en Salta, Aguas Blancas y Bermejo donde se reunían. Choque Quispe tiene un hotel cerca de la cárcel que fue allanado por gendarmería. Vive en Bolivia desde que ordenaron su captura. También estaban imputados otros dos catamarqueños, empleados públicos, Matias del Pino (36) y Gustavo Damian Cabrera (37) como partícipes. El séptimo del engranaje, un chango Miguel Angel Martinez, no fue sobreseído porque viajando en un Flecha Bus llevandoles la droga en paquetes adosados a las piernas fue detenido en el control Chalicán el 22 de Marzo. Está a cargo de la Justicia federal Jujeña.

En la catamarqueña se anuló todo. No hay más causa para nadie. Fin. The end. Orsai. Pitada final. Pelito pa la vieja. La ley no puede violar la ley, está claro, que pase el que sigue. Entre los abogados que hicieron el planteo de nulidad estaba el Oranense Joaquín Velez, defensor de Choque Quispe.