
«¡Oh! Y ahora, ¿quién podrá defenderme?…”
Chapulín Colorado
Algunos estudiosos criminólogos, sociólogos u operadores de la Justicia describen el momento actual como el de las detenciones intensivas.
Cada vez meten en cana mayor cantidad de gente siendo que a los albergues carcelarios ya no les queda libre ni los pasillos de los baños.
Cuando además de los ladrones van presos los policías (en teoría encargados de su captura y custodia) la cosa empeora. En los últimos dos meses en Orán QUINCE INTEGRANTES DE LA FUERZA AZUL PROVINCIAL estuvieron, están o podrían estar presos complicados en diferentes delitos.
En Julio suspendieron a tres efectivos del Dicon de drogas y dejaron en capilla a ocho por tres kilos de clorhidrato que cambiaron por cera descubiertos en el trámite de ser quemados en Jujuy. Antes, el martes diez de Junio demoraban a un Cabo integrante de la protección y custodia del sistema judicial reprochándole que se fumó un porrito de mala yerba en la Guardia. Eso no era nada.
El primero de agosto arrestaban a otro Cabo de 40 años del mismo sector acusado de robarse unos pendrives y un disco duro de un oficial de Homicidios donde guardaba información y videos de resonantes casos incluida LA MUERTE DEL OREJA MARTINEZ a manos de sicarios motorizados en noviembre del 2023. El cargo es hurto calificado.
El cuarto día del mes en el allanamiento de finca Karina la justicia federal imputaba a una sargento ayudante de 45 años que presta (prestaba) servicios en la subcomisaría 9 de Julio ser parte de una asociación ilícita dedicada al contrabando. Eso no es nada.

El siete detenían en Aguas Blancas a un suboficial de motoristas de emergencias policiales luego que su hijo cayera con doce kilos de cocaína en un Cronos con el arma reglamentaria de su padre en la guantera. Lo venían investigando por una denuncia anónima referida a “una organización narcocriminal compuesta por varios miembros activos de distintas fuerzas de seguridad…”.
Y ahora quién podrá defendernos.
