“Es sentir de verdad…”
Slogan de Coca Cola
Era un lunes de recaudación en la planta distribuidora de Coca Cola Salta Refresca SA en la avenida Fassio y Natalio Roldán. Fecha y hora precisas 29/06/2020 10.45 hs. En una oficina pequeña ubicada arriba, en uno de los vértices del galpón, los encargados contaban plata y facturaban. De un instante al otro serían actores de reparto de un asalto a mano armada.
Dos tipos embarbijados los encañonaron ordenando ¡quietos!. De la mesa empezaban a alzar nerviosos los billetes que metían en una mochila. Algunos fajos se los encanutaban en la ropa. Tenían dos socios, campaneando en la planta y esperando dentro de un Gol trend blanco para rajar. Salían caminando rapidito frente a los empleados impávidos advertidos que intervenir era jugarse un tiro en la cabeza.
El botín dos millones cien cash.
El golpe, finalmente, un manchancho.
Uno de los pistoleros no supo ocultar la lágrima de tinta negra debajo de uno de sus ojos además de no contar con que la Brigada ya tenía rejunado al Gol blanco de otros atracos. El motor todavía estaba caliente cuando llegaron a la casa del dueño, el “Nano” Matias Fabian Lezcano (33), en un hotel de la Pueyrredón al final. Hubo un desbande por los fondos y un desparramo de guita hasta convertida en papel mojado dentro del tanque de agua.
A la vuelta detuvieron huyendo a lo loco al “Santiagueño” Jose Antonio Orellana (42) con diez lucas en el bolsillo. Luego cayó el de la lágrima Adrián Arnaldo Rivero (36) y el “Huesito” Pablo Absalón Quinteros (46) completó cartón. Los acusaron de robo calificado por la banda y el arma de fuego.
Del botín no vieron nada. Se recuperó prácticamente todo. Tienen prontuario como para empapelar el muro de los lamentos.
Con todo largaron a Orellana y Rivero antes del juicio celebrado esta semana en la Sala I. Por supuesto quedaron rebeldes con orden de detención porque no aparecieron.
Lescano y Quinteros aprovecharon los saldos de liquidación del fin de año judicial y arreglaron tres años el primero (arma sin peritar) y dos el segundo tenido cómplice secundario.
Hueso o Huesito tiene en su haber el asesinato de un comerciante que asaltó en el 2003. No se equivocaban los empleados de la Coca Cola respecto a la peligrosidad de sus victimarios.