“Debo verificarlo todo, amigo; lo dicho y lo hecho por usted…”
JAQUE MATE EN DOS JUGADAS W. I. Eisen
Les faltaron veintidós días para cumplir el año presos. Leonardo Andrés Astorga (31) del asentamiento pegado a la Nueva Jerusalem cruzando la ruta cinco a la altura de la escuela técnica y Mario Eduardo Rodas (25) de la Misión San Francisco llegaban a Juicio en Sala I acusados de vender paco al menudeo en ambos sectores.
Habían sido allanados por el sector 24 de Drogas Peligrosas con el secuestro de diez gramos de pasta base de cocaína repartida en 65 pipas halladas en el techo de un vecino de Rodas supuestamente arrojadas por éste al irrumpir la Policía. El debate fue un desfile de los funcionarios que actuaron primero en la investigación, pedida por los vecinos de los sospechosos, y luego del procedimiento.
No tenían un cruce, es decir un consumidor al que hayan demorado al salir y dijera me vendió Astorga o me vendió Rodas. Había desprolijidad en la cadena de custodia de la droga incautada a más de testigos inseguros.
Lucinda Segovia y Ramón Saldaño, los abogados defensores, insistieron en esos desajustes de la evidencia para pedir la absolución de sus clientes a quienes la Fiscal Fuentes Mayorga solicitaba los condenen a cuatro años de prisión efectiva. La opinión de la defensa se impuso.
Entre los elementos secuestrados había leche en polvo. Se presentó como una prueba argumentando que la usaban para estirar la cocaína. ¿Qué quiere decir? que todos los que tenemos un tarro de leche en la casa ¿vendemos Paco?, ironizó Saldaño. Estuvo bien.
