“Lawit’äy…” problema
Idioma
Los descendientes de aquella cultura originaria americana que migraba de un lugar a otro cazando animales y recolectando frutos conocidos por matacos y más modernamente por wichis fueron relegados a misiones por los españoles. Esos conglomerados subsisten hasta hoy. En Pichanal la Misión wichí se ubica en el límite urbano sur camino al cementerio. 

Tienen sus costumbres pero como argentinos están sujetos a la ley general.

El 16 de Julio del año pasado la comunidad se llenó de Policías y de perplejidad. Una chica de 15 años decía haber sido violada por los changos con los que compartía bebida y drogas. Tenía golpes y signos congestivos de actividad sexual. Era vulnerable. Sin padres vivía obnubilada con psicoactivos.

Nombraba al Piti, al Puni y al Nico, todos conocidos por todos, todos wichís de la vuelta.

Alexis Rafael Meriles (25) alias “Nico”, Walter Hugo Mendoza (25) alias “Piti” más un menor de 16 años alias “Puni” llegaron a juicio por la violación en manada. Los defendió el abogado Mauro Murúa.

Señalaban haber tenido relaciones complacientes con la amiga y que las lesiones eran porque antes se había peleado de las mechas y rodando por la tierra con otra chica. La victima declaró que le hicieron a la fuerza por todas sus vías turnándose para inmovilizarla y accederla.

Esa versión se impuso.

Los mayores fueron condenados a doce años de prisión y el adolescente quedó a la espera que un Juez de menores le aplique pena. Eran un pueblo manso los wichís. Se contagiaron de los criollos.