
“todo el mundo sufre y hace daño a los demás…”
Bebida Sherwood Anderson
Estos días tras varias audiencias de juicio un chango de 28 años fue condenado a trece años de prisión declarado culpable de haber violado a su cuñadita de trece a la que tenía de empleada limpiando y haciendo las ensaladas en su negocio de parrillada.
Tanto la familia del victimario como de la víctima tienen un largo historial de sufrimientos en su condición de pobres migrados del campo con niñas violadas antes de aprender el abecedario llorando a familiares asesinados cicatrices de ese primitivismo salvaje rural.
La púber se quebró angustiada ante su profesora de literatura en el colegio y contó lo del cuñado diciendo que cada vez que la madre se ausentaba de la casa la agarraba desde que tenía diez años. Para someterla, aseguró, la pinchaba de atrás con la punta de un cuchillo.
La defensa fue una ofensa en los tiempos del género. Trató de probar que la chiquita era poco menos que una prostituta. Son cosas que chaco adentro pueden tener sentido, en la ciudad posmoderna no.
