“-Quiero decir que si tú crees que podemos seguir así, juntos, durante algún tiempo.
-No sé. Las cosas ocurren. El principio siempre es lo más fácil…”
No hay camino al paraíso Charles Bukowski
Un año y nueve meses atrás la Policía federal detuvo en Yrigoyen al Cabo de gendarmería nacional Mario Amilcar Valenzuela (34) con casi treinta y siete kilos de cocaína empaquetados en la misma cantidad de ladrillos. Iba en un Fox con una mujer de cuyo bolso secuestraron uno de ellos.
El funcionario, oriundo de Corrientes, declaró una película de Hollywood. Mafiosos narcos desconocidos lo habían amenazado para que llevara la carga. Su situación de por sí mala empeoró al comprobarse que la droga fue robada del depósito del juzgado federal de Orán que custodiaba. Lo procesaron transporte de estupefacientes agravado y robo agravado. Excusó a su acompañante, Samanta Rodriguez (32), dijo que no estaba al tanto, y el Juez Montoya, a cargo de la Causa 37326/2018, le dio falta de mérito.
En el trámite se agregó una denuncia web de la Unifar que vinculaba a la pareja con cargamentos a Chaco y Mendoza por cuenta de un conocido ex policía narcotraficante. Se agregaron también las desgrabaciones de llamadas y mensajes de sus celulares. En Marzo de este año desde la cárcel de Guemes Valenzuela mandó un carta manuscrita al nuevo Juez Martinez Frugoni de Tartagal acusando a su ya ex pareja de ser la verdadera narco encargada de reclutar gendarmes para el negocio. Antes, amenazado, había mentido, ahora decía la verdad.
Tarde piaba. Frugoni dictó el sobreseimiento de Rodriguez el 29 de Mayo pasado. La Fiscalía de Orán apeló.
Con fecha 17 de Septiembre la Sala II de la Cámara federal de Salta le dio la razón y revocó el sobreseimiento. Su futuro depende del análisis global de la evidencia, sumada la declaración de un arrepentido que falta.