“…Es un hombre joven, señor Merryweather, pero se encuentra ya en la cumbre de su profesión, y tengo más ganas de ponerle las esposas a él que a ningún otro criminal de Londres…”
La liga de los pelirrojos Arthur Conan Doyle

Los profesionales suelen especializarse en alguna rama de su saber. Eso los distingue. Los médicos, por ejemplo, pueden ser oculistas, los que te miran el ojo, traumatólogos, los que te miran los huesos, proctólogos los que te miran el…de arriba abajo. En los ladrones esa especialización se llama modus operandi. Los tipos no hacen cualquier “trabajo”, repiten una operatoria. En la Colonia desde niño el Cara i pollo José Luis Vargas del Jesuitas, hoy de 22 años, fue un trepador nato, alpinista y rompetechos como marca de la casa. Nada de guante blanco, de asaltante de diligencias, de experto en joyas con su monóculo que burla los rayos laser que protegen el diamante, su fama rapaz la hizo escalando y reventado ventiluces, ventanas y alguna puerta.

Todo lo que se pueda vender entra en su gama de botines hasta los enanitos de yeso de jardín. En las casas ataca voraz las heladeras para dotarse de proteínas. Su vida de renegado social lo pone sospechoso innato de cuanto choreo se denuncie. Entra y sale, entra y sale, que ya no se les despintan los dedos de una Causa los tiene que ennegrecer de nuevo para otra. Su palmares del 2018 es abultado.

Desde que quedó prófugo del robo entrando por los techos de la Agroquímica Insumos la Quinta y del robo de un 38 y un aire comprimido de una casa lo ubicaron y guardaron el 1 de Octubre con tres nuevas acusaciones.

Salió y en Enero de este año lo volvieron a apresar por una máquina segadora, una hidrolavadora y un microondas, a más de unos reflectores del Club Ferro y unas mochilas de fumigación. Lo que venga. Salió y este 14 de Marzo reingresó por el robo el 11 de una bicicleta y un horno del hospital y el 13 de tres cajas de grifería ¡previo violentar un techo!. Se mandó perder.

Por encubridores se encausaron a familiares suyos y de su cómplice en esta, el “Chuco” Diego Figueroa (25) de las 86 viviendas, donde escondieron las cosas. Se roba todo, se roba, el Cara i pollo. Por unos días no habrá ruidos sospechosos de él en las chapas. Una cosa es segura, no sufre de vértigo.