-Yo tengo un elefante que se llama Trompita
Y mueve la cabeza llamando a su mamita
Y su mamá le dice “pórtate bien Trompita
Si no te voy a hacer chachas en la colita”-
El elefante trompita Tito Alberti canción infantil
Un chiquito de 5 años es muy chiquitito, valga la tautología. Que la mamá lo proteja, que esté pendiente de sus actos y sus humores, es natural y deseable. No llama la atención que Macarena, una chica de 25 años del barrio Vialidad de Pichanal, se haya alertado cuando su hijo refiriera malos tratos de su jardinera de sala 5 en la escuela Apolinario de Figueroa. Siendo que ella misma estudia para maestra, debe ser conciente lo que una mala interpretación de la media lengua infantil puede acarrear para una docente. Todo explotó al escuchar que la Seño no solo lo castigaba (un chirlo, un apretón) sino que lo “tocaba” o “manoseaba” en partes inaceptables y, que, por otra parte, constituyen un delito gravísimo. Mencionaba el baño escolar.
Denunció el declamado trato indecente en la Fiscalía de la terminal el 19 de Julio. Le pusieron la carátula probable de abuso sexual simple y se ordenó una Cámara Gesell para el pequeño realizada el pasado 6 de Agosto. El CIF certificó por su lado que no tenía lesiones superficiales. Estaba sanito. Era lo principal. La respuesta institucional, sin diálogo previo según Macarena, fue darle el pase al alumnito a la escuela Reconquista.
El resultado de la Cámara Gesell lo tiene la Fiscalía. La madre lo desconoce aunque sabe por la psicóloga de Orán con quien esta haciendo tratar al niño que dibuja escenas traumátricas con una maestra que lo maltrata y lo toca. A la aludida, Elizabeth R de 41 años, no la imputaron todavía. Dice que la ADP le puso tres abogados. Siente que nadie le cree y hasta parece que van a hacer una marcha a favor de la docente, que los Medios “amenazados por el marido” no quieren ni hablar del tema. Tampoco ve movimiento en la Causa Penal.
Es una madre angustiada por su hijo. Tiene derecho a que la escuchen. Puede ser una fabulación, es cierto, PERO PUEDE NO SERLO. Le preguntamos qué es lo que persigue, JUSTICIA, dice.