“De esa cita no regresó con vida…”
El misterio del Valle de Boscombe Arthur Conan Doyle
A Cristian Iván Juarez Iñigo (27) le decían “Negro” o “Chino”. El 23 de Febrero viajó de Salta a Orán para sus negocios de remisear mercaderías y hojas de coca. Al día siguiente encontraron al rojo vivo la carcaza cenicienta de su auto devorado por las llamas en un camino perdido de Pichanal.
A la semana su cadáver descompuesto en la banquina de la ruta 5 pasando el puente San Francisco con un disparo en la cabeza. La autopsia dijo “traumatismo craneo encefálico por lesión con arma de fuego”.
Detuvieron varios remiseros de Embarcación. Todos ligados a Iñigo, algunos a una banda narco. Oscar Gabriel Cabrera (24) era el que había visto en Embarcación por los papeles de una moto, el “Ganga” Sandro Torres (22) fue su acompañante desde Salta y el “Chuqui” Facundo Agustín Montero (25) el que supuestamente recogió a Cabrera luego de concretar el asesinato y explotar el auto.
Era la hipótesis por la que cumplen prisión preventiva bajo caratula de homicidio alevoso y criminis causa. Sus celulares están siendo peritados.
Mientras, se conocieron los resultados del estudio anatomopatológico del craneo de la victima realizado por el CIF Salta y firmado por la especialista Marcela Portelli.
Se hallaron dos orificios de entrada en el pariental y dos de salida. Uno de 0.6 cm y otro de 0.8 con tatuaje o taraceo indicadores de disparos a corta distancia. Por el tamaño muy posiblemente hechos con armas distintas.
Los sorpresivos datos dibujan dos personas autores directos del crimen. Su formato mafioso y bestial cuadra con los de la droga. Esperan los informes de los teléfonos.