“La tristeza es un polvo blanco que lo llena todo…”
La tristeza    Rosario Barros Peña
De ya suficientes años la economía de la frontera se mueve al ritmo del narcotráfico y el contrabando. Directa o indirectamente infinidad de gente trabaja en el negocio. En Aguas Blancas los vecinos ven pasar veinticuatro horas sin descanso kilos y kilos de blanca y a facinerosos locales y extraños hacerse millonarios con esta fiebre del oro posmoderna. Eso debe tentar.

La cantidad de droga que secuestran salida de Orán es fenomenal. Un porcentaje ínfimo de la que pasa. Se han prendido en la volada policías, gendarmes o cónsules a los que les ha ido mal.

Los Bomberos permanecían impolutos.

Hasta la madrugada del 15 que en su camioneta oficial magníficamente ploteada , insigna de hachas cruzadas en la puerta, fue que llevaban sin camuflaje doce cajas cuyo contenido sumó más de trescientos veinte kilos de cocaína, una fortuna. Los pararon en el 28.

Conducía Nahuel Galarza (26) hijo del jefe de los voluntarios aguablanquenses Fredi Galarza y de acompañante Gastón Federico Reyes (19) munidos de una nueve milímetros con catorce balas anti mejicaneada.

Pronto detenían a Galarza padre y a Julio Aranibar un remisero con antecedentes federales supuesto dueño de la casa donde acondicionaron la carga. Apuran allanamientos en los puntos de acopio y de entrega. Algún pez gordo podría caer. También otro bombero integrante de la componenda narco.

La imagen de la institución se prendió fuego.