“-Magnífica- dije por todo saludo…”
Un día después Vicente Battista
Una delegación de diez mujeres provenientes de la frontera que ocupaban los asientos de un San Antonio repleto fue objeto de un recibimiento que no incluyó agasajos sino requisas corporales por parte de gendarmería en el puesto 28. Las visitantes era casi todas de la misma familia incluida una menorcita de 16 años. No venían para un concurso de la empanada, ni de canto, ni de baile no teniendo a simple vista ningún distintivo que pudiera delatar su cometido. La misión se ocultaba debajo de sus ropas.
Pegados al cuerpo portaban rectángulos de compacta cocaína en polvo que contados fueron sesenta unidades con un peso de 62 kilos 579 gramos. Miércoles a la mañana el hecho. Las mujeres todas argentinas, varias con antecedentes en el rubro. Venían por un premio gordo pero resultaron descalificadas.