“La noté rara, o diría: ansiosa. Como quien teme algo…”
Capítulo para Laucha Abelardo Castillo
El sector empresarial de la cocaína es muy fuerte. El negocio los pone a la cabeza de los millonarios en la revista Forbes. La prohibición ha permitido sus imperios de crimen organizado y corrupción gubernamental.
Pagan bien a sus empleados quienes con un viaje exitoso ya se pueden meter a cuentapropistas. Vivir y dejar vivir. Como en cualquier empresa no se tira nada. El residuo del producto también se comercializa. El paco es el segunda selección distribuida por chirolas a nivel minorista para un mercado de pobres.
Son pobres los clientes y son igual de pobres los expendedores tentados a ganarse la diaria con la runfla pipera. La zona del tanque de Caballito es un supermarket de pasta base y porro.
Antes del caserío los drogados y las drogadas se copaban subiendo al tanque amenazando suicidarse. Ahora, enfrente hay una escuela. Ayer los de drogas peligrosas irrumpieron en lo de una mujer que venían investigando. Secuestraron cuarenta pipas, más de cien mil pesos y diez celulares.
Carmen C de 34 años y con un bebé de pocos meses, la dueña del despacho, fue detenida. Es el eslabón más débil del negocio.
Quizá no sepa que la basura que vende se fabrica con ácido sulfúrico, con soda cáustica, con cemento y con caca de vaca. Eso se meten los changos en sus cuerpos.