“Lograban que la vereda no pareciera un campo minado…”
El aljibe Mariana Enriquez
Para ingresar a las filas del motochorrismo no hace falta mucho. Te habilita un cuchillo de pelar papas y una moto robada. Con una capucha te diplomas. Ejercer significa vértelas con colegas motorizados de la Policía que ya se han dotado de un sexto sentido para combatir tu plaga.
En los últimos cinco días cuatro sujetos cayeron montados en sus Mondial 110, Honda Biz, y Zanellas ZB con denuncia de robo todos con sus filos de muerte destinados a vencer resistencias.
Ayer a la noche en la Alvarado al fondo dos fueron detectados sobre una moto que más temprano había desaparecido en la puerta de la casa de la dueña. Uno se descolgó y le pegó un planchazo al motopolicía que les pisaba los talones haciéndolo estrellar violentamente en una pared. El otro siguió un trecho volando por el aire en una corcoveada de su equino de hierro. Medio machucado se perdió en la oscuridad del monte.
Recuperaron el rodado secuestrando un buzo y un filo hechizo que da miedo de mirarlo.