“¡La vida si no es más que este totilimundi, en que pasan y repasan figuritas, no vale ni el plato vacío de Esaú! No vale nada, absolutamente nada…”
Las tres tazas José María Vergara y Vergara
Dolor, impotencia, desazón, angustia, miedo, son los estados que se experimentan con la muerte. Si la de una abuelita que ha culminado su ciclo biológico en paz nos desarma cuanto más aquellas muertes en las que ese ciclo se troncha anticipadamente.
A mediados de Enero del 2018 a media cuadra de la Belgrano y Esquiú el “Lucifer” o “Luchi” Luciano Fabian Cativa de 23 años, un vendedor de droga detenido en el 2016 con 40 Pacos y liberado en Mayo por deficiencias formales en el operativo policial, era herido mortalmente de un cuchillazo en la espalda por el “Mingui” Miguel Angel Pereyra (38), integrante del Clan Pereyra de barrio Caballito centro neural de la droga en Orán durante muchos años. En ese tiempo gozaba de libertad condicional en una Causa federal de tráfico de estupefacientes condenado a cinco años de prisión.
O sea los muchachos se dedicaban al mismo negocio.
La pelea había sido en el escenario rojo ahora con pasaje al medio entre Esquiú Mendoza 9 de Julio y Belgrano frente a lo del “Boro” Julián Guerrero (32) un tipo recién salido de la cárcel que luego en Marzo iban a vincular con el asesinato de Gerardo Tapia (20) ocurrido a la vuelta. A otro testigo el adicto “Garequita” Rafael Gareca (21) lo iban a matar de un tiro a dos cuadras, en Julio. Todo daba a pensar que el desastre era por cuestiones de menudeo.
La información oficial como siempre no hablaba del hecho sino que del caso se había hecho cargo la fiscal de las torres gemelas y de no se qué, o sea publicidad en estado puro. Como si lo importante fuera la actuación del empleado público de turno.
Con los testigos detuvieron a Pereyra. Y a su novia que esa noche andaba con él en la moto. Julieta del Carmen Segundo (19). Buscaban pasta base.
Según el “Mingui” había punteado a “Lucifer”, el expendedor, porque le estaba pegando a ella que era la ex mujer. Lo había hecho quitándole el cuchillo en la refriega. El Juicio empezó a fines de Octubre en la Sala II.
El estado acusaba de homicidio simple al hombre y de encubrimiento agravado a la chica Segundo. Declararon todos ex convictos el Bicho y el Dario Salas un prontuariado que tuvieron que conducirlo esposado.
Lucinda Segovia la defensora de Pereyra pidió homicidio preterintencional. Su cliente se había defendido y la mala atención en el hospital produjo la muerte. Pedía tres años y libertad. La Fiscal Viazzi nueve años adentro y dos para la encubridora, (no fue inmediatamente a denunciar que su novio había matado a su ex novio). “No tenía intención de matar a nadie, no soy un asesino, nunca lastimé a nadie” dijo el principal acusado.
El Juez Raúl Lopez, tal cual es su estilo, dio el fallo de inmediato. Absolución por la duda para Segundo y culpabilidad incluidos ocho años y nueve meses de cárcel para Pereyra.
El parte que publican los medios imposibilitados de pagar la opinión crítica de un periodista dirán lo que les dicten desde prensa judicial o como se llame.
Por ejemplo que la fiscal Claudia Carreras etcétera. No estuvo Carreras estuvo Viazzi, bueno y así.
