“¿Acaso la justicia no es injusta siempre? ¿No se compone siempre de injusticia, suerte y lugares comunes en partes desiguales?…”
Humo William Faulkner
Corría el primer día del año. Sobre la calle Rivadavia frente al club Pizarro un bagayero de Aguas Blancas el “Matico” Maximiliano Martinez (31) aparecía muerto de un tiro luego de una pelea entre grupos que salían del Gigante, tres hombres y una mujer en una Toyota contra cuatro changos en un Fluence. La victima iba en la camioneta que de acuerdo a los testigos y las cámaras esperó saliera el auto y lo cruzó. Se habían bardeado dentro de la bailanta.
Los agresores bajaron con un cuchillo y en el abordaje fue que el conductor de los atacados sacó una nueve milímetros que forcejeando se disparó.
Bajo esta lógica se acordó ayer un juicio abreviado condenando a Rodrigo Javier Santillán Ala (29) a tres años de prisión en suspenso por homicidio con arma de fuego en exceso de la legítima defensa. Sus tres compañeros, que estuvieron presos varias semanas y no tenían nada que ver, fueron sobreseídos.
El arreglo se concretó entre la fiscal Claudia Carreras y el abogado David Leiva, defensor de Santillán. Su cliente tiene prohibida la tenencia de armas durante seis años y acercarse a menos de cien metros a los Martinez. Se ordenó su libertad. Por fin el Juez Claudio Parisi aceptó los doscientos mil pesos ofrecidos a manera reparatoria.