“Y tan luego que crecieron les dio por andar con hombres de lo peor, que les enseñaron cosas malas…”
Es que somos muy pobres Juan Rulfo
Antes de cumplir los18 el “Martincito” del Manero ya se había hecho un nombre en el mundo del delito Colonense. Precoz como el Oreja del Palmeras o el CariPollo del Jesuitas. En la Comisaría y en la calle lo tenían anotado como un ladrón irredimible que vagaba en un estado de alucinación.
Sobrino del “Pinguito” un chico muerto en un incendio del alojamiento de menores en la 20 más de una década atrás. Martín Salvatierra ahora fue demasiado lejos.
Lo detuvieron reconocido en dos asaltos con arma (pistola y cuchillo) con el agregado de haber enfrentado a su propio padre golpeándolo con un fierro sorprendido robando en la casa más que seguro para comprar droga. Lamentablemente no es el primero ni el único chico que ataca a sus padres con ese fin. Es mayor desde Mayo. Quedará detenido. En los días aciagos del coronavirus.