Para la represión del narcotráfico los controles sorpresa en rutas dan buenos resultados. Está cantado que de la frontera varios vienen cargaditos. Los de Drogas Peligrosas pararon esta tarde a la altura del cruce cañero del kilómetro 27 de la ruta 50 un San Antonio.
Una vez que bajaron todos los pasajeros alguno “olvidó” en el asiento trasero una mochila. La perra antinarcóticos “Gringa” la olió y se puso loca.
Contenía tres sorongos de marihuana compactada y embalada con un peso que superaba los dos kilos. Intervino la fiscalía federal. Por supuesto nadie se hizo cargo del balurdo.