“Haraganeando por sus esquinas, siempre colocado y desastrado…”
Los blues de Sonny James Baldwin
Los Policías de la comisaría de Los Lapachos tienen al “Crotín” Paz de Caballito como la quintaescencia del ladrón irredimible. Ha acumulado más de noventa denuncias entre hurtos, robos simples y calificados. Siempre anda fugado de la última fechoría y siempre después de unos días detenido lo largan. Aseguran que cuando está preso bajan los choreos.
En el abultado prontuario del Crotín figura un homicidio, a los 17 mató a otro adicto de 21 de un cuchillazo.
Estos días cayó de nuevo. De mayo era su último cautiverio. Temen que otra vez entre por una puerta y salga por la otra.