“Estoy pensando. Y tengo frío y miedo…”
Tinieblas Esteban Padrós de Palacios
El hallazgo del cadáver del pichanalense Luis Risso Molina (29) devastado por los animales carroñeros, con las manos y los pies atados y una mordaza en la boca, causó estupor. Fue el 3 de Marzo en el monte circundante al kilometro 38 de la ruta 13 camino a la Unión.
Lo buscaban desde el 26 de Febrero habiendo desaparecido dos días antes de la finca de la Estrella donde changueaba.
La autopsia develó causa de muerte hemorragia intracraneal por traumatismo grave y agregado asfixia mecánica por amordazamiento.
Pronto se averiguó por los dos compañeros que la noche del 24 estuvieron con él que se habían metido a ladronear en un campamento vecino de casillas y tractores siendo descubiertos y perseguidos. Molina no pudo escapar.
Tomando declaración a los trabajadores del campamento uno se quebró. Dijo que capturaron al ladrón lo lincharon a golpes para luego cargarlo en la camioneta del encargado y tirarlo lejos.
Con ese testimonio se detuvo a siete. Una porfía judicial se estaba iniciando.
La defensa ejercida por el abogado Joaquín Velez logró la nulidad de las declaraciones autoincriminantes, la prueba principal. Además recusó a Claudia Carreras la fiscal de Graves Atentados.
El 7 de Junio el Juez Ollarzú no hizo lugar al recurso manteniendola al frente de la investigación. El 31 de Mayo había presentado una segunda imputación obviando la prueba de las confesiones anuladas. Nadie declaró.
Pasados cuatro meses la acusación contra Felipe Velarde (33), Juan José Chavarría (29), Matías Toledo (32), Facundo Dominguez (23), Osvaldo Rubén Juarez (30), Juan Carlos Ferreyra (28) sumado un menor de 16 años y “Pato”, el encargado aún libre, es homicidio calificado por ensañamiento con el concurso premeditado de dos o más personas agravado por la participación de un menor.
Es el expediente 65249/22 de Garantías I. Los familiares y amigos de la victima se han manifestado pidiendo justicia.