“Los sicarios de Midas son todopoderosos. La policía es impotente…”
Las muertes concéntricas Jack London
El antagonismo entre buenos y malos es el fundamento de las culturas humanas. Las religiones aseguran que el destino del mundo depende de quien gane la batalla. Para existir ambos se necesitan. Cuando el malo es más malo el bueno es más bueno.
En Orán el último tiempo estuvo signado por ciertos malos de cartel.
Catapultado a la fama por el procurador de la provincia como el más buscado el “Gringo” Cristian Palavecino tuvo su día de Pablo Escobar Gaviría cuando lo capturaron en su casa del Taranto. No fuera que quedaran dudas de su maldad enseguida lo coronaron con la causa de su amigo el “Coya” Rojas por un asesinato sicario y una tentativa y de inmediato por el asalto a Abra del sol de fines del año pasado.
En los medios compitió calaña con los hermanos Castedo juzgados por instigadores o financistas de la muerte de Liliana Ledesma en Salvador Mazza hace 17 años.
El ex candidato a intendente contador “Oso” Ruiz vino terciar en la oferta mediática de malvados con unas acusaciones que lo hacen el Al Capone de la posmodernidad.
Verdad o mito comparten el sitial de honor (o deshonor) en la categoría malos de la película.