“Cosas veredes amigo Sancho que non crederes” (cosas verás Sancho, que no creerás)
Don Quijote de la Mancha Miguel de Cervantes
El Juicio oral y público que culminó el Jueves 4 de Julio en la Sala II fue un juicio de médicos. Desfilaron una serie de galenas que atendieron entre Abril y Marzo del año pasado a un nene de 4 años primero por un traumatismo testicular y luego por uno facial que fueron a desembocar en una acusación contra el padrastro de abuso sexual gravemente ultrajante calificado por la guarda y la convivencia en concurso con lesiones leves. De haberse caído de la bici el niño confesó delante de la abuela aterrorizada y de la tercera médica que lo veía que “Juan me mordió la bola”. En Cámara Gesell agregó que le pegaba con botellas en la cabeza cuando la madre no estaba y que le metía el dedo en la cola haciendole doler cuando hacía la caca. Una cosa indecible, incomprensible e inexplicable en un ser humano que no sea un psicópata, un perverso, un sádico. ¿Para qué hacerle eso a una criatura? ¿por placer?. La Justicia no explica las conductas solo establece si existieron o no.
Para la Fiscal Claudia Carreras estaba clara la responsabilidad de Juan Eduardo Lezcano (23). Para el asesor de menores Cristian Babics, también. Consideraban justa una pena de nueve años de prisión.
Roberto Ortega el abogado defensor dijo que las respuestas del niño en la Gesell habían sido inducidas por la psicóloga con preguntas indicativas. Que su cliente llevaba un año y tres meses preso por cosas que nunca ocurrieron. Recalcó que la victima no tiene lesiones anales y por otro lado de la “mordida” en los genitales las médicas no se pudieron de acuerdo en su ubicación. Pidió pena por abuso sexual simple.
El Juez Raúl Lopez estuvo de acuerdo con los argumentos de la Fiscalía y falló los nueve años de cárcel.
Los familiares y la mujer del condenado presentes en la sala y convencidos de su inocencia lloraron mucho. Ortega anunció que va a casar la sentencia.