Primero le pidió plata, después le quiso arrancar la mochila y al final se llevó el celular de una maestra que casi se desmaya de miedo ante el sujeto que la abordó con un filo en la mano entrando al Jardín de infantes en la Nueva Jerusalén de Pichanal para diciembre del año pasado.
Un remisero, testigo del asalto, la orientó que era “uno de los Areira” de los asentamientos vecinos de tres Palmeras. Al ser detenido Bejamín Areira tenía 17 años.
Ya con 18 y once meses de prisión preventiva fue juzgado el viernes. Le dieron una mano por sus adicciones, por las condiciones de pobreza que vive junto a una familia numerosa, otorgándole la libertad con tres años condicionales.
Si hace tratamiento, si se presenta cada tres meses al juzgado para informar mejoras en su vida, si no comete nuevos delitos, no volverá a la cárcel. Está en él.