“Te sirve y te deja la botella cerca, a mano…”
Con tinta sangre Juan Sasturain
Hace poco más de siete meses un huracán de desgracia conmocionó a la castigada Colonia Santa Rosa. En una casa de madera de los asentamientos Nueva Esperanza una bebé de dos meses moría aplastada por su padre.
Samuel Maximiliano Salazar alias “Melli” changuero de 25 años había caído intoxicado de tres días de alcohol sobre la cama asfixiando con el pecho a su hijita. Un amigo de 18 años que convivía con la pareja entró y quedó paralizado de pavor ante el cuadro atroz de la bebé que no respiraba y tenía sangre en la nariz dobladita. Tuvo que prender la televisión para ver porque en la habitación no tenían luz.
Asfixia por aplastamiento indicó la autopsia como causa de la muerte de la angelita. Salazar quedó preso con un cargo de homicidio calificado por el vínculo, un delito de cadena perpetua. En su declaración dijo no acordarse nada y que quería mucho a su hija. Era uno de los incontables estragos del alcohol, al que eran afectos tanto él como su mujer.
Sobre si se trataba de un asesinato o un accidente en estas semanas la carátula del expediente 62618/20 varió a homicidio culposo, es decir sin intención. Con eso el abogado de Salazar Fabricio Torres logró su libertad ayer dos de diciembre.
Hasta el Juicio tiene que cumplir una serie de medidas entre las que sobresalen no tomar alcohol ni drogas y concurrir a tratamiento en alcohólicos anónimos. Su caso grafica hasta que punto destruye la bebida.