“La energía animal, por no decir bestial, de lo primigenio y auténtico…”
El té de Dios Cesar Aira
Cualquiera que conozca la zona pudo pronosticar lo que finalmente pasó anoche con un brutal enfrentamiento entre fuerzas federales y bagayeros, chancheros, contrabandistas o narcos (en la noche todos son sombras con bultos que corren por el monte). Es historia conocida. Ya pasó otras veces con mayor o menor derramamiento de sangre.
Como es de rigor cada bando presenta una versión que lo hace el bueno de la película. Todos se victimizan. Los atacaron los otros y tuvieron que presentar batalla. Es de nunca acabar. El pleito sigue en las calles y en las redes. Las guerras modernas se dirimen con publicidad en directo.
La ministra Bulrrich dice que los gendarmes fueron atacados por narcos y los narcos aseguran que no son narcos y que fueron atacados por los gendarmes cuando se encontraban trabajando para alimentar a sus familias. Lo terrible es que todos de alguna forma tienen razón.
Lo que es irreparable es la muerte de Fernando Martín Gomez (29) de los 200 Años, o los heridos Franco Hualpa (19) con una bala en el pecho y Arnaldo Ariel Gareca (26) con tres balas, el glúteo, en el brazo y en la cabeza. El futuro es un albur. La muerte no sirve para arreglar nada.