“No había más que encontrar ese algo, o inventarlo…”
El té de Dios Cesar Aira
En la audiencia de la fecha del juicio que se sigue contra el “Turco” Sandro Perez (39) acusado de haber intentado matar con fuego y luego haberlo concretado mediante una feroz puñalada a su pareja Paola Maricel Diaz (32) en agosto del año pasado, el femicida pidió hablar. Sus argumentos no tuvieron un hilo argumental congruente.
Se describió como un drogadicto afectado psíquica y físicamente empeorado por los golpes de la Policía las mil veces que cayó y las secuelas de un accidente de tránsito. Que lo trata una neuróloga. Que lo que produjo el incendio en su casa del Osvaldo Pos fue una vela y no la pretensión criminal de acabar con Pao. Que luego se fueron a lo de un amigo en los fondos de la Dorrego para mandarse una orgía de drogas que incluyeron alcohol, marihuana y pasta base de cocaína cristalizada que para consumir raspaba con un cuchillo.
Dijo que la chica no era su novia sino su amiga (queriendo escapar del agravante de género) pero a la hora de explicar lo que pasó a la salida relató que al escuchar que ella atendía el celular y trataba de “mi amor” al interlocutor se obnubiló con un ataque de celos del que salió con el filo lleno de sangre en la mano y la chica tirada frente a él.
Tentó haber perdido por un instante el conocimiento, la conciencia, arriesgó que pudo ser una convulsión que a veces padece.
¿O sea usted actuó por celos? ¿no era su amiga acaba de decir? le preguntó la fiscal. No me acuerdo de nada, dijo para no responder. Nunca quise que pasara lo que pasó fue su frase bandera. El debate va a continuar el Lunes a las once de la mañana.