“El ruido del río era más fuerte y se oía más cerca…”
Es que somos muy pobres Juan Rulfo
Para un tipo que tiene cuentas pendientes con la ley nuestra desordenada frontera tierra de nadie bajo dominio narcobagayero es ideal para un adiós desapercibido. Muchos prófugos cruzaron el río con éxito instalandose en el extranjero, algunos volviendo a los doce años con la causa prescripta.
No todos corren la misma suerte.
Es el caso de un cordobés de 52 años apellido Lucero al que le saltó una captura por el delito de abuso sexual de su provincia de origen.
Al hombre lo vino a buscar una comisión policial y tras tramitar el exhorto en Garantías 1 lo llevaron a comparecer en su distrito.
Estuvo cerca. Con Bolivia a una orilla de distancia. Pero no.