“–¡Mierda! –espetó Billings violentamente…”
Cuco     Stephen King
Acorde al avance del narcotráfico y la incorporación a sus filas de la marginalidad ladronil el nivel de violencia aumenta. Pasas de la cuchilla a la metralleta. Actuar de hampón narco exige un ojo por ojo despiadado. Los demás se tienen que enterar que con vos no se jode.

La mano de obra sicaria evita te ensucies las manos. El Coya Rojas pasó de robar bicicletas a contratar matones para eliminar la competencia. Fue el más publicitado en una eclosión de patroncitos, jefecitos y chapos vernáculos.

El sindicado como su mano derecha Cristian Gabriel “Gringo” Palavecino (35) se acomodó en las carteleras de prófugos y en ausencia sumó crímenes hasta que el procurador lo lanzó al estrellato como el “más buscado de la provincia de Salta”.

Había comenzado su carrera asaltando a una mujer que hirió con una trincheta para arrancarle la cartera en el 2011. Carrera que terminó anoche en su casa del Taranto. La Brigada lo pilló.