-Yo, mamá, soy totalmente desprejuiciado, hago lo que me parece sin tener en cuenta lo que se dice por ahí.
-Ay que suerte nene se ve que no me andás tomando droga.
Mirá que yo sabía mucho de la droga, que te hace un zombie, que te quema los circuitos neuronales, que te altera la conciencia y actuás como un monstruo, que te hace un delincuente, que salís a robar para conseguir más, pero jamás pensé que te contagiara prejuicios, me acuerdo en tus épocas de crisis que me decías yo con los de River no me junto, son todos putos, no eras vos, era un prejuicio que te había metido el porro.
Como dice esta nota hay que decirle la verdad a los estudiantes.
“Le aterraban los sueños, como le aterraban las tormentas eléctricas y los animales de color negro, porque -suponía- encarnaban al Diablo…”
Monstruos perfectos Miguel Molfino
No pensé que te afectaba tan feo esa basofia, lo que es yo: escucho a uno que diga que las minas son todas locas o los hombres todos iguales y lo interno en Tinkus. Está re de la cabeza entendés. Los drogadictos se prejuzgan todo. Ya me parecía. Es mucho peor que quedar tarado. Estamos hablando de opiniones infundadas, negativas, discriminantes, que tenes de otras personas. Los prejuicios han matado tanta gente como las guerras, pensá en la Santa Inquisición obra de prejuicios absurdos contra la mujeres, creídas brujas o encarnación de demonios, pensá en la esclavitud cuyo basamento era creer que los negros no eran seres humanos, pensá en el miedo que sentís frente a un árabe por el prejuicio paralizante de que son todos terroristas y en cualquier momento saltás en pedacitos por los aires. Te hacés neonazi o adepto de Bin Laden. Es por la adicción.
Después de la charla agarré el diccionario y leí que el prejuicio es una opinión previa acerca de algo que se conoce poco o mal. Claro, los changos falopeados empiezan a que éste no sirve, que aquel le bate a la Cana, que ese de allá es un negro de mierda, que la hermana del Pimpinela es una puta ¡no la viste como va vestida!??, están prejuzgando pobres. No saben que es por efectos de la droga. Viste que a todos los que pasan les gritan ¡PUTOOO!, ahora gracias a la agencia anti drogas del ministerio de Seguridad y sus talleres estudiantiles, sabemos que no son delirios ni exabruptos, son prejuicios. Cada tanto acertarán, si.