
“Cuando Dios creó el odio tuvimos algo útil…”
Sí si Charles Bukowski
La gente de Graves atentados logró articular la historia oscura cuyo corolario fue el asesinato salvaje de Ricardo Erva un hombre de 45 años de Salvador Maza.
Lo hallaron el 29 de septiembre un año atrás pasando las alambradas a quince kilómetros de Pichanal por la ruta cinco unos changos que campeaban animales. Vieron sobrevolar un círculo de cuervos hambrientos, los golpeó el hedor insoportable de la carne descompuesta y debajo de un árbol grande tapado con ramas vieron esa masa semoviente de larvas y gusanos sobre unos restos que por la remera naranja supusieron humanos.
Veintisiete puñaladas una de ellas seccionándole la tráquea eran la causa de muerte según la autopsia.
La victima, apodado Riqui, era un convicto ex empleado de Delfín Castedo en la finca El Pajeal con libertad condicional en una condena por narcotráfico.
El 20 había llegado a unos familiares de la Colonia el 23 se despidió con una Toyota SW4 que compró en Orán diciendo que la iba a vender a Pichanal. El 25 se cortó la señal de su celular y su vida.
El análisis de sus comunicaciones y de las cámaras zonales donde además de la Toyota se lo veía en un Fluence blanco con una raya negra puso en sospecha a una persona del barrio Matadero de Pichanal. En la casa de Héctor René Aparicio (37) hallaron el Fluence. Tenía llamadas fluídas con Erva y lo identificaron manejando su camioneta el día de su muerte. Lo acusan de homicidio calificado por alevosía.
Hoy se hizo el control de acusación. Su juicio va a ser el primero en la provincia con jurado popular. No tiene fecha.
