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JUAREZ IÑIGO/ TRES PARA UN CRIMEN ESPELUZNANTE

JUAREZ IÑIGO/ TRES PARA UN CRIMEN ESPELUZNANTE

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“La muerte tirando de la oreja…”
Bajar es lo peor      Mariana Enriquez
Se puso en marcha el Juicio por el asesinato del Chino Cristian Juarez Iñigo (27). Era un chango de la zona radicado en Salta que viajaba distribuyendo hojas de coca y mercaderías del negocio de la mamá. En febrero del 2021 vino a Embarcación a cobrarle a un amigo y desapareció.

Encontraron su cadáver descompuesto oculto en la banquina de vegetación alta tres kilómetros del puente San Francisco por la ruta 5. Con dos plomos en la cabeza. Unos días posterior a que su auto fuera quemado al costado de la planta Transnoa tranco de la rotonda del Cruce.

Hay tres imputados. El que vino con él de Salta en el Vogage incendiado el “Ganga” Sandro Torres (23) hijo de su proveedor de coca y amigo. El deudor a quien venía a cobrar quinientos mil pesos y a reclamarle los papeles de una moto Oscar Cabrera (27) y el “Cuchi” Facundo Agustín Montero remisero que la noche del crimen buscó a Cabrera en Pichanal. Son todos de Embarcación.

Unos meses antes del desastre habían ido de pesca a Paso de la Patria en Corrientes. Los cuatro.

Todos declararon. Sus verdades o sus mentiras.

Torres dijo que Iñigo fue a cobrarle a Cabrera no apareciendo nunca más ni contestando el celular. Cabrera replicó que si fueron a lo de Ganga viajando los tres a Campichuelo. Que Ganga le metió dos tiros a Iñigo tras discutir por una “mercadería”. Amenazando mantuviera cerrada la boca sino iba a matar a toda su familia. Contó lo obligó a manejar hasta la ruta 5 con el muerto de acompañante, que permaneció en el auto mientras Ganga se deshacía del cuerpo y que huyó en la oscuridad del camino donde se metió para quemar el vehículo.

Llamó a su amigo Cuchi recién llegado con cuatro pasajeros de Salta. Lo buscó. Montero aclaró no le contó nada ni lo notó raro.

A Cabrera lo defiende el abogado salteño Juan Pizarro Echenique, a Torres Lucinda Segovia y a Montero Humberto “la china” Flores. Se ha pedido un careo entre los dos que se echan el fardo.

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