“Me pusieron una carabina en la espalda y me hincaron delante del cura y dije allí hasta lo que no había hecho…”
Anacleto Morones   Juan Rulfo
De golpe pasaron de llevar presos a ser presos llevados por sus propios compañeros. De controlar las listas de detenidos a figurar en ellas con Juzgado interviniente y número de causa. De combatientes del delito a cruentos delincuentes.

A partir del 23 de Abril la Brigada de Investigaciones perdió la tercera parte de su personal, no por heroicos actos de servicio, sino por la denuncia de un hombre en Derechos Humanos de la provincia alegando con fotos y certificado médico haber sido torturado física y psíquicamente por cuatro elementos en el marco de la investigación del robo millonario del lugar donde trabaja, el supermercado Comodín.

Le pusieron bolsas de plástico en la cabeza como en las épocas más negras de la dictadura, le acercaron un taladro prendido en la espalda como para meterle un taco fisher en la carne, le dieron un paseo de la muerte nocturno anticipandole que si no hablaba iban a encontrar su cadáver en el basural. Con preliminares de golpearlo esposado subiendo el volumen de la música en las oficinas y fondos empapelados de historias sórdidas de la sede de 9 de Julio.

Señaló con nombre apellido y apodo a un oficial y a dos sargentos detenidos el Viernes 23. Y a un flaco alto con pelo negro (no identificado) que participó de una sesión que duró de las seis y media de la tarde y a las dos y media de la mañana finiquitada con la recomendación de comerse los apremios sino él y su familia “la iban a pasar mal”. El penúltimo día del mes ocho policías más fueron detenidos bajo los mismos cargos.

Privación ilegítima de la libertad, torturas, lesiones leves y falsificación de documentos públicos. La tortura se castiga con prisión de ocho a veinticinco años e inhabilitación perpetua. De la brigada secuestraron un parlante, no encontraron el taladro, están las filmaciones de la cámaras de seguridad a la hora del paseo y los testimonios de los presos de la repartición.

El plantel policial se redujo de treinta y nueve a veintiocho.