“Antes que pensáramos siquiera, dos balazos llenaron de humo el aposento…”
Cuentos de muerte y de sangre      Ricardo Güiraldes
Quien quiera describir la etapa histórica que atraviesan las fronteras con Bolivia del noreste de salta no podrá esquivar las balas.

El fenómeno narco y cagarse a tiros vienen en el mismo frasco.

Tomemos el espacio temporal del Jueves a medianoche al Sábado mediodía. Treinta y seis horas.

El jueves en una casa de calle Sarmiento a cuadra y media de la Brigada unos tipos tocan la puerta y apenas se abre pechan para dentro armas en mano. Un chango de 19 años no obedece tirarse al piso y le meten un plomo en la panza. Otro saliendo por el garaje ve dos campanas de los pistoleros. Los apedrea. También al auto en el que, visto el despelote, escapan. El herido va a quirófano y se encuentra estable.

Hoy a las once y media a la Policía de Colonia llega una camioneta Oroch gris con dos mujeres pidiendo ayuda. Las vienen tiroteando, cuentan, desde Yrigoyen, de tres vehículos. Tienen agujeros, dos en el guardabarros y uno en la puerta, lado izquierdo. Del borde de la carrocería secuestran una vaina servida de nueve milímetros. Podría indicar una balacera cruzada.

Los motivos están empotrados en la parte trasera. Noventa kilos de cocaína.

Las mujeres identificadas como Gisela Albino (25), conductora, y Cintia Cejas (37) de Ledesma Jujuy quedaron a disposición de la Justicia federal de Orán.