“…Aparecieron ante mi, cuatro fornidos policías armados hasta los dientes como si los hubieran sacado de algún capitulo de la vieja serie SWAT. En cuestión de segundos, me enceguecieron con una linterna, me empujaron hacia adentro y de un soplido me tiraron en el sillón, me redujeron y me ataron. En el aturdimiento, solo alcance a oír en el crepitar de un walkie talkie: -Tenemos al líder, estamos bajando…”
Desafiar al destino Abraham Saúl
Se nos armó un lío con las siglas de los tipos que trajeron hoy, con dos semanas y cuatro días de demora, a los hermanos Reynaldo Delfín Castedo (52) y Raúl Ula Castedo (38) de la cárcel de Guemes para ser notificados por el Juez Edgardo Laurenci de su próximo juicio como instigadores del crimen de Liliana Ledesma, hecho ocurrido hace doce años en Pocitos.
Teníamos los grupos de operaciones federales GEOF, el grupo especial de protección GEP, el grupo especial de control de explosivos y armas especiales GEDEx, el grupo especial de asalto táctico GEAT, el GEOP de la Policía pero este GEOPS nos intrigaba, primero porque no eran de la policía y, segundo, por esa S final, que deberían en realidad tener todos en tanto plurales. El GOPAR, el GAP ¿se comieron la ese como tantos?. Nuestra mente ágil digna de un Einstein, de un Milstein, armó el rompecabezas: Grupo especial de operaciones penitenciarias salta. Nos distrajeron un poco del tema principal; los hermanos Castedo.
Estos finqueros de la frontera con Bolivia tienen otras causas federales por narcotráfico y estuvieron muchos años prófugos. Competían el paso de la droga por sus tierras lindantes con las de Ledesma metidos con el poder político por su amistad con otro vecino acaudalado el diputado Romerista Ernesto Aparicio, ya fallecido.
Aparicio estuvo sospechado de haber armado el asesinato atroz de Ledesma con los Castedo pero nunca se lo imputó. Entre los convocados para el crimen estaba su hermana María Gabriela que fue condenada a perpetua junto al marido y a un chaqueño de Santa Victoria Este. Escuchas telefónicas de los autores comprometen a los Castedo, amén del parentezco. Ledesma había empezado a denunciarlos por los Medios que habían puesto tranqueras para monopolizar el negocio millonario de entrada de droga por todo el sector.
La instigación a cometer delitos en el Código Penal Argentino se pena de dos a seis años de prisión. No hay instigación al homicidio y si al suicidio. Va a haber un debate aparte por la caratula final. Desde ayer que los penitenciarios trajeron al sicario Castillo no dan tregua con sus traslados armados hasta los dientes. En otro, el año pasado de estos mismos personajes, los tirotearon. Vienen prevenidos.
