“Me has humillado con una perversidad sin límites…”
La tía Nela Enrique Serna
La idea de lo siniestro en el espacio familiar como algo que debiendo permanecer oculto sale a la luz es un tema sobre el que se han escrito bibliotecas enteras.
Bien podría agregarse la requisitoria fiscal de una causa de la Sala II de Juicio de Orán contra LJ un hombre de 46 años, ordenanza de una escuela, y su hijo LEJ de 27. Ambos acusados de violar en un caso a la hija y en el otro a dos de sus hermanas.
Ellas contaron los abusos que sufrían en su casa del Taranto.
La menor manoseada desde los diez años y penetrada desde los dieciséis por su padre, edad en la que también el hermano empezó a tocarla con un “vos me gustás” patológico. A la mayor a los quince directamente le metía el pene.
Todo se reveló, salió a la luz, cuando la más chica huyó de su casa en marzo del 2022.
La madre y los otros hermanos no estuvieron de acuerdo con la denuncia. Los vínculos se han roto. Nadie quiere verse nunca más. Todos han salido perjudicados.
LJ es lisiado, mes antes de caer preso le amputaron una pierna, el hijo, de acuerdo a un informe psicológico tiene un retraso madurativo. Fueron condenados ambos a once años de prisión. Más que siniestro, tétrico.