“Ella sintió el vértigo de la ilegalidad…”
El regalo Selva Almada
Las drogas arruinan la vida de mucha gente joven. No por el supuesto daño a su salud, una cuestión que no termina de ser una verdad científica, sino por la condición de marginal a la que te arrastra su uso. El estado te tira encima todos sus perros y terminas siendo carne de presidio a los veinte años.
Dos chicas de barrio Mitre, de 22 y 19, apellido Marcelino, han caído presas en sucesivos allanamientos a partir de marzo del 2020. De esa fecha hasta el día de hoy ya han sido juzgadas, penadas, liberadas y vueltas a detener por lo menos tres veces siempre mediando algunas pipas o porros. El anteúltimo miércoles de diciembre llegaron a Juicio en Sala II por la causa más vieja, una era menor de edad en aquel momento.
En abreviado arreglaron absolución para la más chica y un año en suspenso por tenencia simple para la mayor. Declararon consumir marihuana y base pero no vender. A la menor hace un mes le dieron dos años condicionales también por tenencia.
Después del arreglo hubieran salido en libertad si no fuera que ambas volvieron a caer el 11 de diciembre, una semana antes de Juicio, otra vez con picadura amarronada. Quedaron con preventiva hasta la nueva cita con un Juez.