“Martin Wylde es una persona tan agradable que cuesta creer en su culpabilidad. De todos modos es cierto que, ultimamente, ha habido varios jovenes al parecer intachables que han resultado criminales de la peor especie. -Demasiados- murmuró Mr Quin…”
La señal en el cielo   Agatha Cristhie

En los últimos días del 2018 dos gendarmes fueron procesados por trabajar para el enemigo. Visto esto como contra la leyes cuanto a favor de su propia ambición, que, como sabemos, mata. Están y seguirán presos. Encarnan la dolorosa prueba de habladurías que teníamos ganas fueran falsas, que la mejor coca se la queda y la vende gendarmería y que tiene efectivos metidos en el narcotráfico no haciendo inteligencia ni jugando al agente encubierto sino haciendo guita con la droga. A la pregunta: ¿por qué en las grandes organizaciones narco desbaratadas siempre hay algún gendarme conectado? las miradas zocarronas nos hacían sentir unos pelotudos. Tenemos la respuesta: ÉRAMOS UNOS PELOTUDOS.

El 21 de Noviembre pasado se allanaron las oficinas del Correo argentino, colindantes con el Juzgado Federal. Suponían por una denuncia anónima que paredes mediante medraban empleados con el contrabando organizado en encomiendas. Tenían el aval de escuchas telefónicas. Secuestraban bultos listos para despachar donde había mucha coca de coquear y bica, había termos al por mayor, ropa, en catorce de ellos había 4.200 corpiños y en quince 450 pares de sapitos. Otros bultos y fotocopias de documentos de remitentes truchos obtenían en el registro de las casas particulares y negocios cercanos vinculados por los cruces de llamadas. Siete personas eran detenidas. Entre ellas el ex Jefe del Correo, despedido en Agosto, Dante Isidro Lamas y su sobrino Sergio Orlando Lamas, que seguía en la empresa. Ambos fueron procesados integrantes de una asociación ilícita junto a Joaquín Avila del barrio 25 de Mayo (el que armaba las encomiendas y cobraba) con cargos de hurto, encubrimiento de contrabando y apoderamiento indebido de correspondencia. ¿Será que te leían las cartas?.

El cuarto procesado es el gendarme Nelson Froilán “Cabezón” Flores (27). Era uno de los proveedores de hojas de coca para la organización que se robaba del Escuadrón 20 o directamente se las hacía quedar de los procedimientos acopiandola en su casa. “Aprovechándose de sus funciones en Gendarmería Nacional se apoderaba de las hojas de coca secuestradas en los procedimientos de prevención para luego disponer de las mismas, a través de la venta a Sergio Lamas, lo cual también implicaba la sustracción de elementos de prueba cuya custodia era confiada al personal de Gendarmería Nacional…” dice el Juez.

El 14 de Diciembre la Policía Federal paró en Yrigoyen al Cabo de Gendarmería Mario Amilcar Valenzuela (32) en un Fox y secuestró de dos mochilas, una caja de cartón y una cartera que llevaba 37 ladrillotes de cocaína (36.494,69 gramos). El correntino de nacimiento con revista en el Escuadrón 20 iba con una mujer, Samanta de 30 años, y un chiquito. El funcionario se hizo cargo y desvinculó a su pareja de hacía tres años aludiendo que él cargó el equipaje y ella no sabía nada. Valenzuela era custodia en el Juzgado Federal de Orán.

La cocaína que llevaba había desaparecido del depósito judicial 1. Era un secuestro del 2011. O sea se choreó la droga del lugar que custodiaba en las mismas narices de la máxima autoridad Federal. Dijo que no era el único gendarme metido en el negocio. El 28 de Diciembre fue procesado por transporte de estupefacientes agravado más robo agravado en concurso real con un embargo de un millón de pesos en la Causa 37326/2018.

NO SON TODOS LOS GENDARMES PERO QUE LOS HAY, LOS HAY. Una vergüenza para los buenos.