“Saco un papelillo, flores de marihuana, me vua hacer un petardo que me dure una semana…”
Hijo del sol y la luna Veneno Crew
Vieja ya vuelvo voy a comprar un porrito al pasaje. Vieja no me tirés el tubito ese de metal que voy a surtirme un basuco al pasaje. Algunos de los muchos adictos que se proveían en el barrio Matadero de Pichanal pudieron haberlo dicho. En el pasaje sin nombre entre la avellaneda y Entre Ríos había un kiosko al lado del otro, una libre competencia que debió redundar a favor de los consumidores que podían comparar precios. ¿A cuánto el charuto hermano?.
Era imposible que tanto relajo pasara desapercibido. La gente de Drogas lo supo y luego de filmar un par de transacciones callejeras logró orden de allanamiento. Fueron el 24 de Octubre con gente como para recuperar las islas Malvinas. Cuando los investigados los vieron venir saltaron ni que fueran langostas.
En la puerta de los Juarez abandonaban siete bochitas de la especie herbácea innombrable que proviene del Himalaya y con la que se daban brío los asesinos del viejo de la montaña en la Cruzadas cristianas del medioevo. Adentro había dos terrones en un cajón de la misma sustancia, sequita y picadita. Además secuestraban una escopeta y proyectiles calibre 22.
Los hermanos Cristian Ulises Jaurez (22) y Araceli del Milagro Juarez (20), más Renzo Herrera (23) y Cristian Fernando Cano (24) eran detenidos. En el patio del fondo cultivaban un plantín de hojas que no era la albaca para el pesto ni era el cedrón para el mate ni la rosa blanca de Junio y Enero.
En la vecina casa allanada secuestraban no ya no la flor ni el cogollo del mal sino pasta base fraccionada en caramelos en número de 22. O sea no había competencia, estaba la casa del porro y la casa del Paco.
Allí quedaban a disposición judicial Jonathan Luciano Ferreira (21), Sebastian Illesca (26) y un menor de 17.
Vieja sabés fui a comprarme mi porrito, no me vas a creer, cerraron.