“¡Dios mío, en qué mala hora he venido!…”
Enemigos Antón Chéjov
Salió de Orán y se acopló a la fila india de mercaderes de frontera que por la ruta cinco van cegados de ilusiones de fortuna fleteando narcóticos en polvo o en picadura dentro de sus autos. El sábado pasado en un control de gendarmería en Las Lajitas despertó abruptamente del sueño al serles detectados apretujados en el torpedo y la puerta veinticuatro paquetes de la mala yerba de oriente que en el siglo XV trajeron los españoles en sus carabelas oceánicas.
Y ya no era un elemento imprescindible para las velas y los aparejos sino una sustancia prohibida cuyo transporte está penado por la ley. Colón se salvó pero no este oranense que resultó detenido con sus once kilos trescientos diez gramos de marihuana incautados. Su destino era Tucumán. Por unas temporadas que no lo esperen.