“Como he dicho, todo ocurrió a la luz del día, y el pueblo entero fue testigo, y todos estaban de acuerdo en que las cosas ocurrieron así. Sin embargo había algunas dificultades. En primer lugar, había dos versiones contradictorias sobre quienes eran los culpables: los partidarios del Omdah juraban que el jefe opositor era el culpable de los dos asesinatos; los opositores, que el Omdah habia matado a uno de sus hijos -lo había acuchillado en la mesquita- y luego había ordenado a uno de sus hombres que matara al otro hijo…”
El fin de un Juez Milward Kennedy
Cada cual ve las cosas como puede. De acuerdo a su leal saber, a sus intereses, a sus prejuicios, a su sensibilidad o a su estado de ánimo. Las cosas se condensan en palabras que, a su vez, cada cual interpreta a su manera. El que tiene poder para imponer su punto de vista, lo hace.
Los familiares del Papichila Mario Luna (27) amanecido deformado a golpes en el Morillo del chaco al norte del río el primer día del año no coinciden con la fiscal de Embarcación que caratuló como “lesiones” el delito achacable a los agresores. Entienden que fue una tentativa de homicidio con abandono de persona y desfiguración de rostro.
La posición de la funcionaria permite la excarcelación (ya debe estar libre) del “Osito” Daniel Campos (20) el chango que reaccionó brutalmente cuando Papichila se interpuso a su furia contra la Mamila, su mujer, a la que le partió la boca de una trompada para luego reventarle el ojo al que le pedía no le pegue más.
La cosa fue que la tal Mamila a la salida de la Disco de la avenida donde festejaron el fin del 2018 le pidió a la hermana de Luna si el Papichila, que andaba motorizado, no la acercaba a la casa. Para esto todos vieron pasar enfurecido al Osito refilando a la gente con su moto. Al llegar el comedido con su mujer el tipo frenó atrás y la atacó. Dicen que no era la primera vez.
Luna cuenta que al tratar de defenderla recibió una primera piña junto con un golpazo de atrás que lo hizo caer de bruces para luego ser pateado y, quizás, de acuerdo a lo que especuló el médico que examinó sus lesiones, machacado con un ladrillo o un garrote. Lo levantaron desmayado de la calle.
Todavía ni el oftalmólogo ni el neurólogo arriesgan las secuelas que le dejaran los golpes. El riesgo residual es una cierta discapacidad. ¿A usted le parece que son simples lesiones? nos pregunta su gente. No, la verdad que no, opinamos.