“Lo vi al perro y desde entonces no hice más que buscar ese brillo para mí…”
Las aventuras de la china Iron Gabriela Cabezón Cámara
Los massmedia, las redes, el azar, la realidad o como usted quiera llamarle, impusieron para la primera semana de Junio en el imaginario popular la adrenalina de unos pitbulls que se habían masticado hasta el punto de arrancarle la pata muslo a un ladrón que se metió en una casa de los Polvorines en la provincia de Buenos Aires.
Venía con al ajuar de los grandes temas con fotos sangrientas del caco mutilado muy festejadas y compartidas por las plateas masivas. La polémica se direccionó a favor de los perros y contra el que había encontrado lo que había ido a buscar.
Unos Jueces querían sacrificar a los canes y otros iniciarle una Causa Penal por lesiones graves a la dueña. Los trataron en un alud de comentarios Interneteanos peor que a un linesman pelado en un partido de fútbol. Con los perros no te metás LPQTP.
El Jueves 13 el tema tuvo su versión local cuando en la Constituyentes al 200 un caco de la vuelta totalmente drogado y borracho se metió por los fondos de Pedro Pereyra (41) con el imperativo avalado por un cuchillo en cada mano que le diera mil pesos o el celular asi podía seguir chupando. Pereyra le largó a Zaira, su pitbul, y se trenzó en lucha saliendo de la refriega con un cuchillo de 13 centímetros metido en la parte posterior izquierda del tórax que su mujer le tuvo que sacar como una espina de pescado siendo llevado al hospital y de largo de la Guardia al quirófano con un diagnóstico de extrema gravedad y peligro para su vida.
Para eso el intruso mordisqueado había vuelto a tirar piedras de la casa llevándose una silla roja. Era un conocido de la Policía el “Turro” Jonathan Miguel Camacho (22) notorio en Abril del 2017 cuando con otro malandra tomó los techos de la Comisaría 20 donde estaba hacía siete meses por el asalto a un negocio de ropa, amenazando que se iban a suicidar.
Pereyra sigue con drenaje de su pulmón hace cuatro días por la herida, ha tenido complicaciones. Supo que ayer detuvieron a Camacho. Y también que el tipo lo iba a denunciar por las lesiones del perro, por los derechos humanos, le dijeron. Lo único que falta, dice, es que le quieran sacrificar a la Zaira, pobre, que le salvó la vida.
El perro debió representarse las consecuencias que sus dentelladas podrían causar a la victima y mantenerse quieto en la cucha mientras mataban a su dueño. Mordió con dolo eventual. ¿Qué tiene para decir en su defensa?: guau, guau. Son capaces.