“¿Cómo podía adivinar yo el destino que le esperaba?. En verdad la vida humana es como el rocío o como un relámpago…Lo lamento, no encuentro palabras para expresarlo…”
En el bosque     Ryunosuke Akutagawa

Un viernes cargado.
Por el sopor anunciando tormenta entremezclado con el dolor que los recuerdos dejan. En la imposibilidad de eludir ni lo uno ni los otros, dos en particular, que son llaga viva para siempre.

Un 14 de Diciembre de hace tres años morían 43 gendarmes en el desastre vial más grande de la Fuerza, al caer de un puente el colectivo en el que viajaban cerca de Rosario de la Frontera. Sus familiares aún esperan Justicia.

Dos eran de Orán.

También eran dos y de Orán las hermanitas Vanesa (14) y Gisela Barba (21) muertas hace diez años y cinco meses en otro siniestro en la ruta 50 a un par de kilómetros del ingreso a la ciudad y esa eternidad tuvieron que esperar sus padres, sus parientes y el montón de gente que las quería, junto con la mayoría de la comunidad indignada, para que la chica que manejaba ebria y provocó el desastre, llegara a Juicio.

Exactamente hoy, comenzó.

Al día le pesaban las tragedias y a las diez de la mañana iba a tener la suya propia. En la ruta 50, al norte del río Blanco, a la altura del salón de eventos El Prado, kilómetro 30, una Toyota Hilux que venía, conducida por Bernardino Cuenca (52), atropelló a un motociclista que salió de improviso y lo arrastró debajo de donde los bomberos lo sacaron con el hilo de vida que llegó al hospital todo quebrado muriendo de inmediato.

Era el “Panza Blanca” Teodoro Guzmán (57) del barrio Patrón Costas, pescador de raza, que volvía del río. Una enfermera lo reconoció al entrar NN porque iba a tirar el gancho con el hermano. Tenía su acusi grande y quizá unas copas de más.

Con las pericias de criminalistica se definirán responsabilidades.
Un Viernes de lutos.