“…Nunca se está listo: los heridos o los golpeados sienten antes la sorpresa que el dolor. Porque no se puede estar listo para el desastre…”
La virgen cabeza Gabriela Cabezón Cámara
Una desgraciada figura geométrica puede trazarse en torno al lugar donde intentaron asaltar, hirieron y al cabo mataron a Jorge Omar Tejerina (61) la noche triste de año nuevo.
Del Pasaje José Hernandez y Corrientes a media cuadra al sur asesinaron a Angélica Susana Tissera (29) y la enterraron en el fondo, para el otro lado a metros ocurrió el femicidio de la Gabi Alarcón (41) en Mayo del 2012 y cruzando la esquina se crió Marcela Estefanía Chocobar (26) una chica trans victima de un horrendo crimen de odio en Río Gallegos en Septiembre del 2015.
Tejerina había venido de Yrigoyen donde vivía, primero a ayudar a su hijo que con los sandwiches y servicios de lunch no se daba abasto y a pasar la fiesta con su familia. Sabemos que entregaron pedidos hasta tarde porque fuimos nosotros a retirar uno que se retrasó media hora. El éxito del negocio que en algún momento lo tuvo a don Tejerina contando plata, suponen, pudo ser advertido desde fuera.
Nos llamó la atención la cantidad de vagancia pipera en las esquinas cercanas. Uno de esos inservibles, se puede aventurar, fue el asesino flashiado con que se iba a ser millonario asaltando esa casa que tiene dos pisos, que llega hasta la esquina, que tiene negocio y que había hecho mucha plata ese día. Tejerina trabajó por todo el país en empresas de servicios para petroleras. Era un flamante jubilado.
Pasadas las dos de la mañana volvía con su señora de la casa de la familia de ella, a dos cuadras. Llovía. La calle desierta. Fue meter la llave en el portón de entrada y sentir que un brazo lo acogotaba y se lo llevaba para atrás. Dicen que logró girar de nuevo la llave y trabarla. Siendo más bien bajo pero morrudo le dio pelea al ladrón que se especula (porque no le interesó el reloj que tenía ni el anillo de oro) quería meterse. Lo hizo aflojar con un puntazo en la pierna y no logró que cayera hasta que lo clavó en el lado izquierdo del tórax. Perdiendo sangre Tejerina no podía luchar más. En el suelo el hijo de puta lo molió a patadas y salió corriendo.
Don Jorge perdió el bazo y a las siete menos cuarto del 2 de Enero, en la terapia del hospital, la vida. Otro crimen que suma a la impotencia general. Deberíamos poder caminar tranquilos por la calle y no que venga un imbécil alucinado y nos mate. Es intolerable. Duele.