“Lo que más me molesta es la traición, dijo, y puso su mano encima de la mía…”
Cocodrilos Claudio Robín
A fines del 2020 una noticia made in Orán tenía repercusión nacional. Clarín titulaba DETIENEN A UN PASTOR QUE FINGIÓ SER VICTIMA DEL ROBO DE 7 MIL DÓLARES Y ERA PARTE DE LA BANDA e ilustraba con una foto de nuestra revista.
Hablaba de Franco Ismael Tolaba de 27 años a cargo de una humilde iglesia evangélica del San Expedito. El chango, paralelo a sus funciones religiosas, cambiaba dólares. En la puerta de un cliente contador en pleno centro argüía haber sido robado por unos desconocidos.
Indicaba a la Policía el domicilio de Rafael Edgardo Pintos (33), un convicto al que trataba de apartar del camino del mal, el único que sabía de la transacción. En la casa recuperaban los dólares, hallaban un pequeño arsenal y droga.
Caían con Pintos Angel Isaac Martinez (29) y Gustavo Javier Vargas (27) unos obreros que levantaban una tapia, además del remisero Francisco Francis Cabrera (59).
Todos llegaban a Juicio en Sala I como integrantes de una organización criminal liderada por el Pastor. Con las audiencias lo del robo con arma y en banda naufragó. El Juez Edgardo Laurenci opinó que se trataba de una estafa urdida por Tolaba y Pintos y los condenó por ese delito a dos y tres años de prisión condicional. Al resto lo absolvió.
El abogado Julio Villalba defendió al pastor, Santiago Savoy a Vargas y el defensor oficial Enzo Gianotti a los tres restantes. Vargas tenía una causa anterior de lesiones graves de la que resultó, también, absuelto.