No hay novela romántica sin un tipo con cara de boludo, pensativo, murmurando que no puede olvidarse de sus ojos. Que lo han prendado, engualichado, y ha quedado encadenado de amor a ellos, yo no sé que me han hecho tus ojos o tus labios de rubí, de rojo carmesí, o tus manos, tu pelo, tu cara bonita o ese lunar que tienes cielito lindo junto a tu boca. Menos habitual es que el enamorado mencione lo irresistible de su riñón izquierdo o esa vesícula adorable que no puedo olvidar. Menos que menos referir amor a tetas, culos o montes de Venus o que me gusta cuando orgásmas porque estás como ausente, no por ser atrevido o inmoral sino por ser falso. Uno no se enamora de un culo, ni de un escroto, ni de unas tetas majestuosas ni de un hígado graso. Se enamora de una persona. En Orán, a contramano de esta obviedad, hubo uno (o una ya veremos) que se enamoró perdidamente de un pito. Pasión inaudita que vino a originar una denuncia policial.

Un hombre recibe en su celular unos fotos del pene de su hijo de 17 años, pene y cuerpo, imaginamos, ¿cómo lo iba a reconocer?. Del mismo número le llega un mensaje: esas fotos me las mandaba su nene y ahora las publicaré en los grupos de whatsapp del colegio. ¿Venganza? ¿Extorsión?. Éste quiere plata piensa. No señor. Lo que quiere es el pito.

El hijo adolescente le cuenta que en efecto se trata de su glande que ha enviado por whatsapp a una tal Rocío que un día le mandó “hola” y al otro le pidió fotos de su envergadura. Click, click, va pito. Alarde de una muy expandida diversión juvenil de todo me da lo mismo. Yo con mi pito hago lo que se me canta. O sea puso su pene en la vidriera y no sé que tendrá el petiso pero el receptor se enamoró. Quiero ese pito. Quiero ese pito. Te amo. Te amo.
“Qué tendra ese petiso
que comentan las mujeres
tiene magia, tiene hechizo
pero donde es que lo tiene”
Qué tendrá ese petiso
Ricky Maravilla

Pusimos “receptor” porque Rocio confesó ser un travesti de Pichanal que comenzó a acosarlo con mensajes de verlo o verlo sino subiría las fotos. Se obsesionó. Amenazó pasarle las fotos a unos camioneros y a sus compañeros. El 3 de Agosto le dijo que estaba en Orán que se encontraran. El adolescente, otra vez, se negó. “Ya fuiste” fue la respuesta preludio de mandarle las imágenes prohibidas al padre. Negación de pito. Venganza. Venganza.

¿Cómo conseguiste mi número?: eso no importa, ¿qué querés?: es para que lo sepas solamente, fue el diálogo con el progenitor. Consta en la denuncia 2499/2018 en la Comisaría 20 de fecha 12/08. El hombre, como prueba, dejó capturas de pantalla del pito de la discordia y del amor. No vaya a ser que caigan bajo su embrujo el sumariante, la fiscal o el Juez y le empiecen a mandar mensajes. ¿Será el chico un superdotado?. Ya nos quedó la curiosidad.