“Ojalá hubiera aprendido un oficio. A la larga, habría sido mejor…”
Un buen bistec Jack London
Vendían lágrimas de Paco en los 200 Años a media cuadra de la escuela Arturo Illia, a la vuelta de iglesias católica y cristiana y de un jardín de infantes. Era para llorar.
Según la carátula con la que dos mujeres llegaron a Juicio el viernes su clientela incluía menores de edad.
Venían con prisión domiciliaria desde que las allanaron en julio del 2021. Entregaron ciento dieciséis (116) pipas de pasta base listas para un pase de manos.
Elena Magdalena Tercero (41) y Dalila Evangelina Flores (a) Lila (39) pactaron mediante un abreviado pagar sus culpas extendiendo a cuatro años el encierro casero. Eso porque les quitaron los agravantes.
El Juez les advirtió que van a ser monitoreadas con visitas súbitas y si no llegan a estar van de una a la cárcel.